Javier Hernández de 33 años, periodista y, próximamente,
nadador olímpico o, más bien, paralímpico, es un chico todo terreno que cambió
hace 3 años la profesión por la piscina
con el objetivo de llegar a los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y lo ha
conseguido.
"Es una cosa más", ha afirmado Hernández, a quien
la ambición y la valentía no merman la humildad de un espíritu todo terreno que
le llevó a abandonar su trabajo y apostar por lo que era "un objetivo con
mayúscula". "Empecé en el periodismo por el deporte", ha
recordado, y después de 8 años trabajando "casi en el suelo",
escribiendo con los pies, debido a que carece de brazos, se vio
"físicamente con 30 años en un estado impropio de esa edad". Y aunque ahora afirma que fue "una gran
elección", al principio "no había muchísimas opciones", terminaba
de dejar el diario deportivo AS y decidió llamar a un compañero de profesión,
que había estado en los Juegos, para comentarle las posibilidades que tenía
porque, como ha afirmado, "jugaba al fútbol desde pequeño con los amigos,
pero no existe para disminuidos físicos". De hecho, "no hay muchos deportes para
una persona sin brazos", "así que era o atletismo o natación" y
eligió el agua, porque "sabía nadar desde pequeño" y para entonces
"ya tenía unas cervecitas de más" y vio que esta modalidad le iba a
suponer "un paso adelante", aunque, como ha afirmado tuvo que
"depurarse". Hernández ha
asegurado que esto es un "reflejo" de su vida, de la actitud de
"hacer todo lo posible" por sí mismo, y la "pasión por el
deporte", y que lo hizo "sabiendo que si probaba unos meses y no lo
conseguía lo dejaba", porque "hay que tener muy buena convivencia con
la derrota, pero no existen ni las victoria absolutas, ni las derrotas
totales". Es decir, que no se cansa
de afirmar que a pesar de que la mayoría de las cosas que se ha propuesto puede
que no las haya conseguido, del mismo modo la mayoría de esas cosas le han
servido. Pero vio que "progresaba y
cumplía los tiempos", aunque quién se lo iba decir a un joven que recién
recibido de la carrera se hizo un hueco en la sección de deportes del Heraldo
de Aragón durante cinco años, pasó por AS y, mientras se entrenaba, fue
responsable de comunicación de Disminuidos Físicos de Aragón, comentarista en
Punto Radio y Marca y biógrafo de Luciano Martín Galletti, ex futbolista del
Real Zaragoza. Además de fundar en 2010
el club de natación adaptada Aragua, con "más de 220 socios en la
actualidad" y conseguir el título de primer año de entrenador de fútbol,
pero ahora, Hernández, se centra en su cita olímpica. Fue en julio cuando recibió la noticia de que
entraba en el equipo nacional para competir en las olimpiadas en las
modalidades de 150 estilos (03:16:08), 50 espalda (56:08) y 50 braza (57:07),
"a pesar de que España multiplica la dificultad de acceder a los Juegos
Paralímpicos puesto que tiene otro filtro con mínimas más exigentes". No obstante, fue en marzo cuando consiguió la
mínima B, una previa a las mínimas definitivas, en 150 estilos y 50 espalda,
haciéndose con el "séptimo puesto del mundo en los últimos cuatro
años". Y aunque para cualquier
mortal, realizar tres mínimas paralímpicas sería casi imposible, Hernández ha
asegurado que "hay cosas más mediáticas", pero que para él "ésta
es una más". Por ello las medallas
no son una obsesión, según ha reiterado el nadador, porque ha de ser
"justo" con él mismo y se plantea "llegar a dos finales y
mejorar los tiempos". Para competir
"colocan a los deportistas según su grado de discapacidad" del 1 (los
que más) al 10 (los que menos), y Hernández tiene un 3 "más bajo que
alto", pero luchará con algún 3 alto, lo que supone un pequeño hándicap. Un contratiempo al que Hernández no le da
importancia cuando afirma que la natación es "individual de ti contra el
tiempo y contra ti mismo" y que si baja los tiempos, "el resultado ya
dependerá de los demás". Hernández
viajará a Londres el próximo sábado 25 para participar en los Juegos
Paralímpicos que se disputarán del 29 de agosto al 9 de septiembre, y competirá
los días 2,3 y 8, acompañado en expedición española por los aragoneses Jorge
Cardona, en tenis de mesa, y la nadadora y abanderada Teresa Perales.
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