La mayoría de los 60 mil espectadores que asistieron al
primer ensayo general de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos
cumplieron con la petición más repetida de Londres 2012: guardar el secreto en
las redes sociales.
El director de la ceremonia, el cineasta británico Daniel
Boyle, pulió anoche ante las gradas repletas del Estadio de Stratford los
últimos detalles de una ceremonia que involucra a cerca de 10 mil personas y
que ha costado 27 millones de libras (33,2 millones de euros). Una de las
consignas más repetidas hacia el público fue la petición de no revelar imágenes
ni vídeos tomados dentro del estadio para mantener el secreto de la ceremonia. Al
inicio del acto, las pantallas gigantes del recinto publicitaban la etiqueta de
Twitter "#savethesurpriese" ("guarda la sorpresa"), una
iniciativa para tratar de contrarrestar en esa red social aquellos mensajes que
dieran a conocer pormenores de una ceremonia con una audiencia de televisión
potencial de miles de millones de personas. Gran parte de los mensajes que
publicaron en Internet los asistentes a una representación ambientada en la
campiña inglesa, repleta de campesinos con vestidos tradicionales, se mostraron
respetuosos con los ruegos de la organización.
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