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sábado, 14 de julio de 2012

EL REY DE LA SELVA BRILLÓ EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS


Johnny Weissmuller brilló como nadador en los Juegos, y en el cine como Tarzán. Su nombre se asocia inmediatamente con el personaje cinematográfico, pero también fue un nadador muy importante que ha logrado obtener cinco medallas de oro y un bronce, además de 52 torneos nacionales y 67 récord mundiales. Detrás de ese actor notable emergía un atleta aún mayor.

Su entrenador de siempre fue Bill Bacharach, quien lo involucró en el nado cuando apenas tenía poco más de quince años. Fue en Illinois donde Weismuller hizo sus primeras armas en el agua, lo cual le había sido recomendado por diferentes médicos, dado que poseía un cuerpo muy frágil desde pequeño, siempre propenso a contraer alguna enfermedad. No obstante a ello, logró ir moldeando físico de deportista y los logros comenzarían a aparecer, a los 17 años ya quebraba récord en su especialidad, el estilo libre. Weismuller era oriundo de lo que sería la actual Rumania, pero antes de cumplir el año sus padres se habían trasladado hasta Estados Unidos. De esta manera, al ser extranjero tenía algunos inconvenientes en cuanto a su nacionalidad, para ello y no tener mayores inconvenientes falsificó su lugar de nacimiento al poner Pensilvania. Los éxitos continuaban y logró batir el record del minuto para los 100 metros en estilo libre, lo cual le valió ser el primer atleta en conseguirlo. Tuvo una actuación destacadísima en las Olimpiadas de París de 1924, venciendo entre otros a Duke Kahanamoku, el inventor del surf. Amberes también lo vería triunfante y nuevamente un oro mostraría su capacidad, otra vez en los 100 metros libres. Su aspecto estilizado fue a su vez lo que motivó el interés de la industria cinematográfica. Más allá de algunas publicidades, también intervino en programas de televisión. Pero el papel por el que llegaría a la fama para siempre es el de Tarzán. Se filmó en 1932 y fue un éxito absoluto. Atrás había dejado una carrera impecable, donde estuvo casi una década sin que nadie pudiera derrotarlo. Filmó 12 películas como Tarzán y dejó un recuerdo imborrable. Se dedicó luego a algunas tareas empresariales hasta que fruto de un par de inconvenientes de salud se radicó en Acapulco, México. La muerte lo encontraría allí, cuando un edema pulmonar le puso final a su vida, a los 84 años de edad. Atrás había dejado no solamente su nombre asociado al rey de la selva sino también a uno de los referentes de todos los tiempos de la natación.

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