LONDRES RECIBIÓ LA LLAMA OLÍMPICA

La llama olímpica de los Juegos de Londres 2012 fue entregada el pasado jueves a la princesa Ana como representante de los organizadores británicos, en una ceremonia bajo la lluvia en Atenas, en presencia, entre otros, de la estrella del fútbol David Beckham.

La princesa, hija de la reina Isabel II, recibió el fuego olímpico de manos del presidente del Comité Olímpico Griego, Spyros Capralos, en el viejo estadio Olímpico de Atenas, donde tuvieron lugar en 1896 los primeros Juegos de la era moderna. Junto a la representante de la monarquía británica y Beckham estuvieron el jefe del Comité de Organización, Sebastián Coe, y el alcalde de Londres, Boris Johnson, entre otras personalidades. La entrada de la princesa y de la ex estrella del Manchester United y el Real Madrid, bajo una fuerte lluvia, fue recibida con una gran ovación por parte del público presente. El fuego olímpico fue encendido el 10 de mayo, conforme a la tradición que rige desde los Juegos de Berlín 1936, en las ruinas de Olimpia. En sus primeros metros fue llevada por el campeón olímpico griego de halterofilia Pyrros Dimas y por el oro olímpico chino de gimnasia Li Ning, que había encendido el pebetero en Pekín 2008. El acto de entrega a los británicos estuvo acompañado de una coreografía con toques antiguos, con sacerdotisas con túnicas de color crema. “Millones de personas se preparan” en Gran Bretaña para acoger los Juegos, subrayó Coe en su discurso. “Vamos a recibir al mundo en Londres”. La llama llegará al Reino Unido por medio de la base militar de Culdrose, en Cornualles (sudoeste de Inglaterra). El relevo de la llama comenzará el sábado en Land's End, en la punta sudoeste del país. Ocho mil relevistas llevarán la antorcha olímpica en los 12.875 kilómetros del recorrido, en el Reino Unido e Irlanda, durante 70 días. El recorrido terminará en el estadio Olímpico de Londres, donde tendrá lugar la ceremonia de apertura el 27 de julio. La llama ya fue transportada por 500 corredores en su estancia en Grecia, en un recorrido que pasó muy desapercibido en un país sumido en plena crisis política y económica, que ha relegado al deporte y los Juegos Olímpicos a un segundo plano en la actualidad nacional.