La clavadista mexicana consiguió sorpresivamente su pase a Londres 2012 en el selectivo nacional, pese a que pensó que ya no iría a los juegos.
Arantxa Chávez ya se había despedido de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, pero no se durmió en sus laureles de campeona mexicana juvenil de tres metros, para mantener el nivel que la llevara a otros Juegos de Verano para el ciclo 2016 y, al mantener su paso firme, llegó la oportunidad que supo aprovechar cuando México ganó un lugar más que se adjudicó a través de un selectivo nacional el pasado fin de semana. “Ya me estaba preparando para el siguiente ciclo olímpico, para Río. Creí que ya no tenía posibilidades, pero cuando supe de este selectivo, pensé en dar mi mejor esfuerzo y tal vez eso me ayudó, el competir sin tanta presión, pues muchas personas se lo daban (el boleto) a Dolores Hernández (quien ganó la plaza para México), pero creo que ya me lo merecía”. La clavadista, oriunda de la ciudad de México, cambió su residencia a Jalisco desde hace siete años, para entrenar con Iván Bautista, con quien estuvo a punto de dejar la disciplina para dedicarse a entrenar, pero terminó por ceder de nuevo a la fosa y darse la oportunidad que la tiene ahora como la octava clasificada de clavados a Juegos Olímpicos. Como parte de su preparación para llegar en su mejor nivel a Londres, Arantxa planea hacer cambios en su rutina y alcanzar las finales olímpicas, previo paso por la serie Grand Prix de Clavados en Estados Unidos, Canadá, Rusia, España e Italia.
La clavadista Arantxa Chávez, representante del Code, cambiará su serie para aumentar su grado de dificultad en Juegos Olímpicos, con la mira a las medallas.
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