El serbio, número dos del ranking, se impuso al español,
número uno del mundo, por 6-3 y 6-4 y cerró la temporada con siete títulos. Así
se quedó con el certamen que reunió a los ocho mejores.
El serbio obtuvo su tercer trofeo del certamen que reúne
anualmente a los ocho mejores del año. En una hora y 36 minutos, el número dos
del mundo logró su 22° victoria al hilo y si bien no podrá escalar posiciones
en el ránking, la superioridad con la que derrotó al mejor de la clasificación
será una gran motivación en la carrera para quedarse con ese puesto en 2014. El
nacido en Belgrado cerró la temporada con siete trofeos, entre ellos el Abierto
de Australia, y se metió en la lista de honor de aquellos tenistas que
obtuvieron al menos tres veces el Masters junto a Roger Federer, Ivan Lendl,
Pete Sampras, Ilie Nastase, Boris Becker y John McEnroe. Nadal, por su parte,
no pudo levantar el único gran trofeo que le falta a su vitrina, que a los 27
años está compuesta de 61 títulos, incluyendo 13 Grand Slams, la medalla de oro
de los Juegos Olímpicos 2012 y una Copa Davis. El zurdo perdió las dos finales
del Masters que disputó, la primera en 2009, cuando cayó en tres sets con el
suizo Roger Federer. Las tribunas del O2 Arena estuvieron al máximo de su
capacidad para ver el duelo del número uno contra el dos del mundo, encuentro
que se reeditará el 24 de noviembre en La Rural porteña. Fue la quinta vez que
los mejores del ránking se enfrentaron en una final del Masters, algo que
ocurrió por primera vez en 1983 con el choque entre Lendl y McEnroe. Djokovic y
Nadal entraron al estadio, en ese orden, rodeados de una cortina de humo y el
juego de luces y música que espectaculariza el torneo de Maestros. Adentro del
court comenzó el verdadero show: el serbio fue una ráfaga, ganó con firmeza los
puntos de sus servicios y mantuvo el pulso para quebrar y ponerse 3-0 en menos
de un cuarto de hora. La estrategia del serbio fue hostigar a su rival mediante
un juego ofensivo desde la red, tiros a la línea y, cuando eso no funcionaba,
remates cortos con efecto. En esos primeros momentos del match Nadal perdió en
dos frentes claves: el táctico y el psicológico, algo difícil de creer en un
tenista que en el 2013 jugó 14 finales. Por eso se sacó toda la bronca y
festejó con el puño cerrado cuando en el quinto game quebró, regresó la paridad
y provocó una catarata de “Vamos Rafa” desde las tribunas. Esa envión anímica
le devolvió la vida a la zurda mágica del español, pero por sobre todo, generó
un hermoso espectáculo de tenis, donde la combinación de fuerza, estilo y
elegancia brindaron puntos para el recuerdo. Uno de ellos fue el que cerró el
séptimo game, en el que los dos llegaron a remates imposibles desde la línea de
fondo y siguieron con un peloteo que terminó con ambos pegados a la red, y una
definición del serbio que significó su segundo quiebre de la noche. Con esa
ventaja, Djokovic defendió su servicio y se quedó con el set 6-3 en 44 minutos
de juego. En el segundo parcial, “Rafa” volvió a estar errático, lo que ayudó
al nacido en Belgrado a tener un triple break point, el segundo del partido,
que otra vez aprovechó, y lo celebró con un grito que rompió el silencio del O2
Arena. “Nole” estuvo lejos de sentir la presión de saber que el triunfo estaba
cada vez más cerca y mantuvo un gran saque, pero ante todo, con remates
exquisitos. El amperímetro del estadio se movió cuando la pantalla marcó los
dos “Championship point” que tuvo Djokovic, pero festejó aún más cuando Nadal,
evidentemente con más simpatizantes, logró seguir en carrera. Pero la tercera
fue la vencida: Djokovic estaba en una noche en la que ni el mejor del planeta
le podría ganar, y efectivamente eso ocurrió cuando el mallorquín tiró ancha
una pelota y perdió el set 6-4 en 52 minutos. El festejo fue con varios saltos,
puño derecho hacia arriba y un abrazo cordial con su oponente, mientras de
fondo sonó como cortina el tema “Héroes” de David Bowie. En la ceremonia de
premiación, seguida de cerca por los famosos que estuvieron en el estadio,
entre ellos el ex astro brasileño del fútbol Ronaldo, Nadal calificó al serbio
de “súperjugador” y reconoció que perdió “ante un tenista que jugó mejor”. Con
una explosión que produjo una lluvia de papelitos celestes y blancos,
"Nole" felicitó a Nadal por su gran año y levantó con una enorme
sonrisa la copa del torneo que le entregó casi 2 millones de dólares de premio
y la posibilidad de cerrar la temporada con un triunfo sobre el número uno del
mundo.
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