El 8 de diciembre de 2002, la Selección Argentina de Fútbol
Sala de Ciegos ganaba el Mundial en Río de Janeiro y, en ese marco, surgía el
mote que se mantiene hoy día.
Enrique Nardone, hacedor de este equipo, y Silvio Velo,
emblema e ideólogo del nombre, recrean el comienzo de un apodo que perdura con
el paso de los años. En 2002 y en Río de Janeiro, Brasil, la Selección se quedó
con el Mundial. Mediodía del domingo. Suena el teléfono en una de las
habitaciones del hotel donde la Selección argentina de fútbol sala de ciegos se
alojaba, en la paradisíaca Río de Janeiro. La llamada es de un programa radial
y quien contesta es Enrique Nardone, entrenador de aquel plantel. El combinado
nacional se apresta a definir el Mundial ante Brasil, es un 8 de diciembre de
2002. El periodista le pide al técnico poder hablar con algún jugador y el
indicado es Silvio Velo, quien aún no goza de la trascendencia propia de un
crack del deporte. Luego de transmitir las sensaciones que envuelven a los
jugadores argentinos de cara al enorme compromiso, Velo interrumpe: “¿Cómo
salieron Las Leonas?”. “Las Leonas son campeonas del mundo”, responde la voz al
otro lado de la línea. “Qué bueno, acá Los Murciélagos estamos esperando lograr
lo mismo”. Así nació, en este contexto de definición mundialista, la identidad
de esta selección que ha trascendido tantos límites y a fuerza de logros y de
ejemplos se ha ganado un reconocimiento general. “Yo fui el que elegí el apodo
para el plantel porque en medio de tantos Pumas y Leonas nosotros no podíamos
ser menos aquella vez. Charlando con los compañeros surgieron los nombres de
‘Los Topos’, ‘Los Linces’ y al final optamos por ‘Los Murciélagos’, que se
desplazan por la oscuridad por medio de los sonidos. Se manejan por la
ecolocación como nosotros. El mote nos sirvió para lograr una identificación
con la gente” .“El embrión de Los Murciélagos nació en el Instituto para Ciegos
Román Rosell de San Isidro en 1991. Allí
yo era el coordinador deportivo y habíamos armado un club de tiempo libre donde
los sábados se jugaba al fútbol con una pelota envuelta en una red con chapitas
de gaseosa, para que sonara. Ahí conocí a Silvio (Velo), uno de los locos que
fue pieza clave para armar esta selección”. En aquel Mundial, los resultados
sostuvieron la ilusión. Tras caer ante el local Brasil por 2 a 0 empezó la
racha de victorias: 2 a 0 a Grecia, 1 a 0 sobre Francia y goleada 4 a 1 frente
a Paraguay para avanzar a las semifinales. Allí siguió el festival de goles con
un 5 a 0 a Colombia y llegó la definición del torneo con un 4 a 2 ante España
para lograr por primera vez el campeonato del mundo. Luego del primer título
mundial en Río de Janeiro, Los Murciélagos lograron la medalla de plata en los
Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 donde
el fútbol tuvo su debut en el programa de competencias, fueron campeones en el
Mundial de Buenos Aires 2006, en el que vencieron a Brasil en la final con un
inolvidable gol de Velo en el CENARD, y se alzaron con el bronce en los Juegos
Paralímpicos de Pekín 2008, entre otros logros a nivel continental.
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