El joven lanzador de martillo de Avellaneda superó este fin
de semana el récord sudamericano de menores con una marca de 78.95 metros y
está cuarto en el ranking mundial.
El atletismo argentino no para de generar promesas de cara
al futuro. La última joya nacional se llama Joaquín Gómez. El joven lanzador de
martillo de Avellaneda de apenas 16 años, hijo del histórico atleta Daniel Gómez,
sorprendió al mundo el pasado domingo al quebrar el récord sudamericano de
menores en su prueba con un registro de 78.95 metros. “Estoy muy contento,
además fue mi cumpleaños, así que me regalé una buena marca. Estar entre los
cuatro mejores del mundo es un orgullo. Ahora se viene el Sudamericano de
Menores, en Mendoza, donde espero ganar. Voy para eso”. No es la primera vez
que lo logra en lo que va del mes, ya que la semana pasada había superado la
marca con un lanzamiento de 77.11 metros. Lo de este domingo lo dejó ubicado,
además, en el cuarto puesto a nivel mundial en su categoría. Gómez consiguió el
nuevo récord en el marco del Nacional Juvenil que se desarrolló este fin de
semana en Mar del Plata y en el que participó fuera de competencia por lanzar
con un martillo de cinco kilos (el implemento para los juveniles es de seis). No
fue la única marca que se mejoró en el certamen. El sábado, Braian Toledo
registró un lanzamiento de 76.40 metros en su último torneo como juvenil. Su
marca, a pesar de haber quedado lejos de sus mejores registros, fue la mejor de
la historia para esta competencia. Lo mismo consiguió el porteño Juan Ignacio
Solito en la prueba de lanzamiento de disco. El atleta de 19 años lanzó su
implemento 55.50 metros y se consagró como nuevo campeón de la categoría. En
otros resultados destacados, Nicolás Jinkus quebró la marca nacional sub. 16 en
los 200 metros, con un registro de 22.52 segundos. El atleta de la Federación
Atlética Metropolitana consiguió el récord en la primera serie, pero no pudo
participar de la final por una lesión.
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