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jueves, 6 de septiembre de 2012

EL NADADOR ACHMAT HASSIEM CONQUISTO UNA MEDALLA DE BRONCE EN LOS PARALÍMPICOS


El nadador sudafricano Achmat Hassiem se convirtió en una de las estrellas de los Juegos Paralímpicos de Londres por dos motivos. Uno de ellos es por haber conquistado una medalla de bronce en los 100 metros mariposa S10; el otro, porque protagonizó una de las pruebas de superación más conmovedoras que puede ofrecer el deporte.


En 2006, Achmat estaba surfeando en una playa cerca de Ciudad del Cabo junto a su hermano menor, Taariq, cuando vio un tiburón blanco enfilarse hacia su hermano. Achmat intentó llamar la atención del animal para proteger a Taariq. "Empecé a chapotear para distraer al tiburón, para alejarlo de mi hermano". "Yo sabía que a los tiburones les gusta atacar desde abajo, pero no atacó, me golpeó con su cuerpo y empezó a girar alrededor de mí". El animal agarró la pierna derecha de Hassiem y lo arrastró a 50 metros de profundidad. El sudafricano dijo a BBC que sentía que no podía mover la pierna, miró y se dio cuenta que, de la rodilla para abajo, estaba todo en la boca del tiburón. "Vi que la mitad de ella (la pierna) estaba en su boca y la empezaba a sacudir violentamente hasta romperla. Fue terrorífico sentir cómo mi pierna se desgarraba, pero no noté dolor en absoluto, estaba en shock total". Hassiem sólo pudo salvarse cuando el animal arrancó su pierna. Entonces nadó lo más rápido posible hacia la superficie para pedir auxilio y ser atendido. "Lo más importante era la vida de mi hermano. Perder una pierna no es nada. Lo que no hubiera podido superar nunca es la pérdida de él". Desde entonces, Achmat luchó contra su discapacidad y se dedicó a la natación. En su rehabilitación, aprendió a caminar con la nueva prótesis e inició una nueva vida. Dos años más tarde participó de los Paralímpicos de Beijing 2008. "Me cambió la vida, sí, pero desde entonces me han pasado muchas cosas buenas. Por ejemplo, estoy en unos Juegos Paralímpicos". Una curiosidad es que, después del traumático accidente que podría haberle costado la vida, Achmat le pintor las aletas de un tiburón a su prótesis. Además, el sudafricano aprendió a vivir justamente en el agua, como nadador. Tanto esfuerzo y superación dieron resultado. El pasado sábado, Achmat conquistó una soñada medalla de bronce en los Paralímpicos, en los 100 metros espalda. Una prueba de que las tragedias pueden ser superadas y que de ellas es posible sacar recompensas, como la presea -y porqué no- la sonrisa de Achmat Hassiem.

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