Los Juegos Olímpicos de Londres se desarrollarán durante el
mes de Ramadán, una coincidencia de fecha que afecta a un potencial 25 por
ciento de los deportistas, ya sea en el plano político, sanitario o logístico.
Las protestas de numerosos países musulmanes en la época de
la elección de Londres no han cambiado en nada.
Ni el Comité de Organización (Locog), ni el COI, en virtud
de sus reglas laicas, consideraron por un segundo la posibilidad de desplazar
las competiciones en las que deberían participar entre 2.500 y 3.000
deportistas musulmanes, potenciales ayunadores. "Los Juegos son
apolíticos, no religiosos", recuerda el Lassana Palenfo, encargado por el
COI como miembro integrante del mismo, de allanar las dificultades con los
comités olímpicos nacionales más inflexibles en materia de respeto a las
tradiciones religiosas. "Si cedemos, los budistas, los judíos, pedirán
cambios", responde, recordando la prohibición dominical que se fijó el
triple saltador Jonathan Edwards. "Una cuestión personal". Egipto,
Marruecos, Túnez, Turquía y más generalmente la Comisión islámica de los
derechos del hombre ha fustigado a su turno la falta de respeto que muestran
las instituciones olímpicas.
Para la ocasión, ninguna fatwa (ley) especial se dictará por
ninguna autoridad pertinente. La regla usual de ayunar desde la salida del sol
hasta su caída se aplicará entonces a las selecciones olímpicas, con la obligación
tradicional de recuperar el mes de ayuno más tarde en el caso de que algunos
prefieran eludirlo por cuestiones deportivas.
En Londres, donde el período de ayuno durará unas doce
horas, el Locog al menos ha trabajado en la logística para hacerles la vida más
fácil a los implicados. Cada sitio de competición tendrá alimentos para que los
deportistas puedan romper el ayuno apenas caiga la noche y los restaurantes de
la villa olímpica funcionarán toda la noche.
Además, la mayoría de los comités olímpicos nacionales ha
establecido células de ayuda y consejos. Pero la importancia del desafío
deportivo en muchos casos llevará a disuadir a algunos deportistas. Por
ejemplo, la judoca francesa Sofiane Milous, que respetó el Ramadán durante el
último Mundial, en agosto pasado en París, decidió no hacer ayuno durante los
Juegos, "pero pienso recuperarlo días después". "Es un tema entre
Dios y yo". Por su lado, el médico Chalabi intenta limitar los riesgos
dando consejos necesarios en materia de alimentación, de hidratación y de sueño
para los que ayunan y así evitar lesiones que se observan en deportistas que lo
practican, debilitados por falta de alimentación. Pero "sepan que,
curiosamente, hay deportistas que mejoran sus resultados durante el Ramadán
porque el ayuno es un deseo. Es tal vez una ayuda espiritual y psicológica".
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