Los atletas se asustaron con la
cantidad de polillas que habitan la Villa Olímpica. Llegaron en la oscuridad de
la noche, atraídas por un resplandor de luz tan grande que podía verse a
kilómetros de distancia.
Para una polilla curiosa, la Villa
Olímpica debe haber parecido el paraíso -son 9.000 armarios nuevos y cada uno
contiene ropa suficiente para que los atletas permanezcan por dos semanas de
Juegos. O, para decirlo de otro modo, una quincena de comida para la Tineola
bisselliella y su molesta prima pellionella, según informaciones del periódico
británico Daily Mail. El Parque Olímpico se encuentra en el centro de una zona
infestada de polillas con "dientes afilados" -y Stratford fue
identificada este martes como una de las regiones más afectadas en todo el
Reino Unido. Sería bastante grave si tienen la oportunidad de saborear los
bikinis de las jugadoras del voleibol playa. Mucho menos pensar que los atletas
británicos vayan a desfilar con orgullo los uniformes que sean una invitación
para que los críticos describan la ceremonia de apertura como "mordida por
las polillas". No se puede olvidar el hecho de que la desagradable Lycra y
las fibras artificiales disuadirán a las larvas de la polilla de ropa común (o
tejedora de ropas, la bisselliella) o a la polilla de estuche (pellionella). Con
esta cantidad de personas concentrada en un área tan pequeña, hay comida
suficiente para una plaga de proporciones gigantescas. De acuerdo con el Daily
Mail, el Estadio Olímpico ha sido declarado por la compañía anti polilla
Caraselledirect como un punto importante para invasiones de ese tipo de
insectos Las cifras sugieren que el problema es 40 veces mayor que en
Newcastle-upon-Tyne y 400 veces peor que en Beffast. "Estos insectos no
tienen respeto por los trajes de los atletas", dijo el experto en polillas
de la empresa, Jonathan Beriland. "Todo en lo que puedan clavar sus
dientes -chaquetas, pantalones, ropa interior- se convertirá en una
'víctima'". Las autoridades olímpicas dijeron este martes que todavía no
están "agobiados por las quejas de ropa masticada, o por informes de
sonidos de dentro de los armarios de los atletas", según informa el
periódico. Sin embargo, una deportista estadounidense reportó que tuvo una
noche desagradable intentando aplastar a las polillas que habían salido de su
armario, ya que duerme con la luz encendida.
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