Los jamaicanos Usain Bolt y Yohan Blake se disputarán el
título, salvo sorpresa, en los 100 metros del deporte rey de los Juegos
Olímpicos, el atletismo, donde Estados Unidos intentará no ser un mero
espectador y Kenia y Etiopía son favoritos en las pruebas de fondo.
Usain Bolt y Yohan Blake
Bolt fue la gran estrella de los Juegos de Beijing 2008, con
permiso del nadador estadounidense Michael Phelps, pero su joven compatriota
Blake parece en disposición de dar la sorpresa en la capital británica. Por el
momento, ya avisó: en las recientes finales de 100 y 200 metros de las
selecciones jamaicanas, la "Bestia" Blake fue más rápida que el
"Relámpago" Bolt, sobre la pista sintética azul de Kingston. El rey
de Beijing 2008 y del Mundial de Berlín 2009 no buscó excusas, pero tampoco se
mostró preocupado: "No estoy lejos (de su mejor forma) y sé cómo
conseguirla". La vulnerabilidad del gigante (1,95 metros) parece dar alas
también a los otros aspirantes a las medallas, principalmente los
estadounidenses Justin Gatlin y Tyson Gay. Estados Unidos, que en los
anteriores Juegos perdió su trono de la velocidad a manos de una sorprendente y
contundente Jamaica, espera por lo menos comenzar a modificar la tendencia y
recuperar parte del esplendor pasado. La proyección de los resultados
registrados en las selecciones estadounidenses en Eugene (Oregón) podría dar
una treintena de medallas olímpicas para el país de las barras y estrellas, por
las 23 que logró en Beijing, donde sólo siete fueron de oro, un balance pobre
para la superpotencia. El equipo para Londres 2012 parece más fuerte y destaca
en casi todas las pruebas, como demuestra que Ashton Eaton haya batido el récord
mundial del decatlón (9.039 puntos). La californiana Allyson Felix, triple
campeona mundial de 200 metros, espera conquistar su primer oro olímpico en la
distancia en la que cuenta con una gran ventaja sobre la competencia. El medio
fondista Galen Rupp, que logró un doblete 5.000/10.000 metros en Eugene,
simboliza también el esfuerzo que se ha venido haciendo en las distancias de
fondo, impulsado por los éxitos de Bernard Lagat, keniano nacionalizado
estadounidense. Con menos bazas que los norteamericanos, Rusia es el otro
gigante del atletismo mundial, especialmente por el aporte de sus mujeres, con
estrellas como Yelena Isinbayeva (que aspira a un tercer oro olímpico en salto
con pértiga), Anna Chicherova (salto de altura) o Marya Savinova (800 metros). En
Moscú se piensa en una quincena de medallas, con los marchadores al frente. En
el Mundial de Daegu 2011, Valeri Borchin (20 km) y Sergei Bakulin (50 km)
consiguieron sendos títulos en la categoría masculina y en la femenina Olga
Kaniskina ganó en los 20 kilómetros.
En las vallas, el cubano Dayron Robles (110 metros) tratará
de revalidar sus títulos olímpicos, mientras que en los 400 metros el
puertorriqueño Javier Culson y el veterano dominicano Félix Sánchez parten
entre los nombres más destacados. África, a pesar de los progresos
estadounidenses y del británico de origen somalí Mo Farah, continúa siendo la
reina en el medio fondo y el fondo, con la rivalidad Kenia-Etiopía. Los
kenianos quieren recuperar el reinado en los 10.000 metros y los etíopes que su
nueva generación plante cara en los 800 metros al ultra favorito keniano David
Rudisha. Europa parece relegada a contentarse con las migajas del pastel, con
Alemania reforzada en su confianza por su buen papel en el reciente Europeo de
Helsinki, mientras que Francia confía en figuras como Renaud Lavillenie para
lograr el oro en el salto con pértiga. España, que en el pasado Mundial terminó
sin títulos y con únicamente una medalla, la de Natalia Rodríguez en los 1.500
metros, parece con opciones muy reducidas.
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