El remero peruano Víctor Aspíllaga acude a los Juegos
Olímpicos con pocas esperanzas de estar entre los primeros, pero consciente de
que unos Juegos Olímpicos son la cima para un deportista, por eso aparcó su
vida profesional para probar el sueño de Londres 2012.
"La preparación ha sido muy sacrificada. He puesto mi
carrera de abogado a un lado y mi dejado mi puesto de trabajo para jugármela el
todo por el todo a clasificar a estos Juegos. Y todo esto en medio de una
crisis económica mundial.
"Ahora que clasifiqué pienso que valió la pena, pero
vamos a ver si sigo pensando lo mismo cuando salga a buscar trabajo otra vez.
La verdad que de una u otra forma, ahora que estoy ya "en el juego",
voy a arreglármelas para que mi historia como remero en los Juegos olímpicos
trascienda en el futuro como algo más allá de lo que en adelante seguro veré
como el "sólo haber clasificado". Aspíllaga, del club Regatas de
Lima, logró el pasaje a los Juegos al ser tercero en peso abierto en el
preolímpico de Buenos Aires, cuando su modalidad habitual es el ligero, que fue
suprimido del programa olímpico. "Mi objetivo en estos Juegos es
disfrutarlos, dado que mi objetivo era clasificar, y luego de clasificado, he
entrenado con la mira puesta a quedar entre los 20 primeros". "Voy
consciente de mi realidad y con los pies en la tierra. En el Perú muy poca
gente sabe que uno de los dichos olímpicos mas populares es que uno va a sus
primeros Juegos Olímpicos de espectador, a sus segundos Juegos Olímpicos a
competir, y a sus terceros Juegos a ganar una medalla". "Pasa que en
nuestro país no muchos deportistas se mantienen a nivel competitivo muchos
años, y la verdad es que si no eres genéticamente un premiado, es muy difícil
ganar una medalla en tus primeros Juegos. Por mi parte, tengo toda la voluntad
para acumular años de trabajo duro hasta que me dé el cuero".
Su actuación en unos Juegos Olímpicos es toda una incógnita,
ya que nunca ha competido en una competición intercontinental en peso abierto. "Hay
33 clasificados en el single peso abierto. Yo sólo he competido contra los latinoamericanos
porque es la primera vez que compito en peso abierto. Mi categoría es la de
pesos ligeros (peso máximo de 72.5 kilogramos) y esto es culpa de mi biotipo;
pero el single ligero fue retirado del programa olímpico así que me la jugué
por el "abiertos". El remero peruano reconoce que sería un milagro
verle luchando por los primeros puestos. "Si destacara en los Juegos
Olímpicos me volvería religioso, porque sería un milagro. El deporte del remo
va muy cerca de lo objetivo en cuanto a resultados, va a andar mejor el que mas
trabajo haya acumulado. Y va a ganar el mejor preparado". "Mi
experiencia se acercará mucho a la de haber logrado la realización personal, el
superarme a mí mismo y sobrepasar mis límites. Si buscar hacerme famoso y ganar
dinero, estaría jugando fútbol, tenis, surfeando o boxeando ¿no?", se
preguntó el remero.
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