La República de Irlanda recibió este miércoles con
entusiasmo a la antorcha olímpica, después de que la llama cruzase la frontera
con Irlanda del Norte en una ceremonia que recordó el pasado conflictivo de la
isla y celebró su presente pacífico.
Ocurrió la pasada madrugada en la ciudad norirlandesa de
Newry, en un punto donde antaño el Ejército británico y la policía de la
provincia controlaba el tránsito entre ambas jurisdicciones, antes de la firma
en 1998 del acuerdo de paz del Viernes Santo, el tratado que puso fin a más de
30 años de sangrientos enfrentamientos entre católicos y protestantes. Con el
Comité Organizador de los Juegos (LOCOG) presente, encabezado por su
presidente, Sebastián Coe, el boxeador de Belfast Michael Carruth y el púgil
dublinés Wayne McCullough, ambos medallistas olímpicos, se intercambiaron la
antorcha. Como parte de su recorrido de 13.000 kilómetros por todas las
regiones del Reino Unido, que concluirá en el Estadio Olímpico de Londres el 27
de julio, la organización ha querido incluir a la República de Irlanda, la única
parada junto a Grecia de la llama fuera del territorio británico. Se trata de un gesto con el que celebrar el éxito del
proceso de paz de la isla y la idiosincrasia del equipo olímpico irlandés, que
incluye a deportistas de ambos lados de la frontera. Ya en Dublín, la antorcha
fue recibida por el presidente irlandés, Michael D. Higgins, y el del Comité
Olímpico de Irlanda, Pat Hickey. "Nunca tendremos los Juegos Olímpicos en
Dublín", por lo que instó a las miles de personas que salieron ayer
miércoles a las calles de la capital a disfrutar de "este histórico y
único" acontecimiento. También el primer ministro irlandés, Enda Kenny,
tendrá la oportunidad de recibir a la llama durante su recorrido de tres horas
por algunos de los puntos más emblemáticos de la capital. La jornada concluirá
con un festival musical y la antorcha regresará entonces a Belfast. Después de
Irlanda de Norte, la llama viajará hasta Escocia, donde atravesará lugares tan
simbólicos como el Lago Ness o el monumento a la independencia escocesa
dedicado a William Wallace. Desde su llegada al Reino Unido el 18 de mayo y
hasta su llegada 70 días después al Estadio Olímpico de Londres, la llama
pasará por las manos de manos de unos 8.000 portadores, que cubrirán unos 300
metros cada uno.
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