La Policía británica detuvo el sábado por la noche a ocho
presuntos revendedores de entradas en los alrededores del estadio de Wembley
cuando se disputaba la final de la FA Cup entre el Chelsea y el Liverpool con
vistas a erradicar esta práctica de cara a los Juegos Olímpicos del verano. Un
grupo de agentes aprehendió a los sospechosos, de entre 22 y 45 años, que
actualmente son interrogados en una comisaría del norte de Londres.
La Policía Metropolitana de Londres (MET, o Scotland Yard)
ha puesto en marcha la llamada operación Podium, dedicada a investigar la
delincuencia que afecte a los Juegos Olímpicos o que perjudique a su actividad
económica. Tras la detención de los presuntos revendedores, el
detective Nick Downing recordó que la reventa de entradas “es una actividad
ilegal llevada a cabo por gente que quiere obtener beneficio con la explotación
de los fans y los clubes”. Downing dijo que las personas que compren entradas de esta
manera pueden ser estafadas, encontrarse que han comprado acceso a un evento
diferente al que querían ver o estar sentados con los aficionados del bando
contrario. También existe el riesgo de que se les roben los datos de su
tarjeta de crédito. El secretario de Estado encargado de seguridad, James
Brokenshire, dijo por su parte que el Gobierno está decidido a que “los
revendedores no estropeen los Juegos Olímpicos y Paralímpicos para nadie” y
recordó que la multa que se impone por reventa se ha elevado de 5000 a 20.000
libras (8.000 a 32.200 dólares).
No hay comentarios:
Publicar un comentario