El cielo de la ciudad de Londres tiene una novedad ayer domingo porque fueron instalados los cables para la construcción de un teleférico que transportará personas sobre el Río Támesis. Los cables están apoyados sobre grandes pilares blancos y serán instalados 34 vehículos para que diez personas sean transportadas en cada uno.
La idea es que, además de ayudar a mejorar el tránsito en Londres, los teleféricos proporcionen un lindo paisaje para los turistas. Sin embargo, la innovación costó caro para Londres. En primer lugar, porque el presupuesto fue superado, los cálculos iniciales indicaban que la obra costaría 25 millones de libras, pero en realidad el precio fue superior a 36 millones. Otro problema es que no hubo inversión privada, entonces se utilizó dinero público para cubrir los costos de los teleféricos. Por eso los teleféricos causaron polémica en la política inglesa, lo que ya fue definido por opositores como “el teleférico más caro de la historia”. Pero el alcalde de Londres, Boris Johnson, prefirió destacar, claro, las bondades de la obra: “Es entusiasta e innovador”.
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