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domingo, 11 de marzo de 2012

JUDOCA YURI ALVEAR SE PREPARA PARA LONDRES 2012

No importa que sonría todo el tiempo, que hable desenfrenadamente, que su mirada inspire nobleza y que sus manos se sientan delicadas. Quién pensaría que cada que entra a un campo de entrenamiento se transforma en una mole que derriba a oponentes. Hay razones para tenerle miedo.


“Los combates con Yuri casi siempre son a muerte”, confiesa Carolina. La chica comparte entrenamiento en el Coliseo 'El Pueblo' con Yuri Alvear, la judoca más importante del país.
Eso sí, solamente aprende con ella técnicas para desestabilizar al rival. Eso de los combates se los deja a otros.
Esos otros son pocos. Evelyn Lucumí, también deportista de la Liga de Judo del Valle, prefiere guardar silencio. Luego, con timidez, expresa que se siente feliz con el recorrido internacional de la medallista y que cada tanto quiera enseñarles su bagaje. Pero ni siquiera el agradecimiento que siente es suficiente para decidirse a ser su rival. El temor de las compañeras no es infundado. La deportista, que aspira a una medalla en los próximos Juegos Olímpicos de Londres (junio 2012), explica que las jóvenes que la acompañan apenas están en una parte del camino que ella hace mucho recorrió.
“Aquí en Colombia casi no hay mujeres grandes que practiquen el judo. Las que lo hacen son de la categoría de 78 kilogramos que pueden superar los 120 kilos de peso y eso tampoco me conviene porque tengo que multiplicar esfuerzos”. La judoca suele entrenar sola. Sube únicamente con la fuerza de sus brazos por sogas que penden de una viga a cinco metros de altura y desciende por ellas de la misma manera. Flexiona sus piernas en repetidas ocasiones hasta el cansancio. Simula durante horas estrangulamientos, inmovilizaciones... O se enfrenta con los hombres, aunque a ellos les guste poco esa idea.
De los pocos que se atreven, el novato Juan Carlos Callejas. Es delgado y de mediana estatura. Cuenta que para él sí es un honor servirle a Yuri porque aprende técnicas nuevas. “Esas son las ventajas de ir y venir por el mundo minimizando al contendor”.
Dice que en los combates la colombiana es superior con los brazos, que tiene una fuerza desmedida y hay muchos hombres a los que no les gusta quedar reducidos ante la potencia de una mujer. Cuestión de orgullo. Cuenta que hay ocasiones en las que los ánimos se caldean y la tarde de entrenamiento termina en un combate que parece mortal. Luego vuelven a ser amigos, compañeros.
Otros solamente callan ante la pregunta de qué tal los entrenamientos con Yuri. Eso hizo que la Federación Colombiana de Judo tomara la decisión de mandar a la deportista a practicar a Japón, la cuna de la disciplina oriental. Hernando Arias, presidente de la federación, insiste en que los 30 competidores de la selección son muy buenos, “pero ninguno quiere entrenar con Yuri porque les da miedo”.

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