La selección de Brasil terminó la fase de grupos del fútbol
masculino de Londres 2012 con paso perfecto tras dar cuenta de Nueva Zelanda
por marcador de 3-0, en duelo celebrado en Newcastle. Inglaterra.
Danilo al minuto 23, Leandro Damiao al 29 y Sandro al 52 de
tiempo corrido dieron forma al marcador con lo que Brasil termina como líder
del Grupo C, con 9 puntos, instalado en los cuartos de final, esperando a Japón
u Honduras. Mientras que Nueva Zelanda se despide de la competencia con sólo
una unidad, tras el empate ante Egipto. La falta de equivalencia le restó
brillo al juego y excitación a unos 35.000 espectadores en este hermoso estadio
Saint James, en medio de un silencio que hasta permitía escuchar una pequeña
batucada verdeamarilla en las tribunas, desde donde también se oían los gritos
de indicaciones del DT, Mano Menezes. Un comentario del capitán y zaguero del
AC Milan Thiago Silva en su blog este miércoles había sido profético cuando
dijo que la escuadra encontró "su esquema táctico y sabe ahora a qué
jugar". La Seleçao fue paciente para no atacar en forma atolondrada y
golpear en el momento justo. El técnico Mano Menezes introdujo varios cambios,
al estar ya clasificado, y el equipo fue más flexible y controló el balón todo
el partido, con la movilidad y los pases fantásticos de Alex Sandro, las
proyecciones laterales de Marcelo, la calidad de Lucas, y, como siempre, la
habilidad endiablada y estética de Neymar. Las dos primeras conquistas fueron
un modelo de cómo se debe perforar con paredes y espacios libres a una escuadra
que se planta con dos barreras de contención de 4 hombres cada una, liderados
por Tommy Smith y Ryan Nelsen. El primer callejón lo encontró Danilo en una
hermosa pared de tinte clásico con Leandro Damiao que dejó a toda la
superdefensa mirando desde atrás y sólo frente al portero Michael O'Keeffe lo
batió con toque suave. Danilo, que jugó así su primer partido en los olímpicos,
agradeció con un gesto al cielo. Menezes aprovechó el momento para celebrarlo y
dejar de retar a los gritos a Lucas, movedizo pero poco claro. La segunda fue
otra bella combinación iniciada con un taquito de Marcelo para Alex Sandro,
cuyo pase a Leandro Damiao lo dejó dentro del área como si fuera el living de
su casa o un entrenamiento recreativo. Lo que cada tanto quebraba la mudez de
los espectadores eran los murmullos de asombro cuando Neymar atrapaba la pelota
y enloquecía a los marcadores con la magia de su botín derecho y sus regates. Menezes
les quitó a los aficionados esa alegría cuando lo reemplazó por Pato para
preservarlo de los golpes que le propinaban los neozelandeses, segundos antes
de una insólita expulsión de Alex Sandro por segunda amarilla al protestar. No
se entendía tampoco a qué jugaba Nueva Zelanda, con dos grandotes torpes y
rudimentarios en el ataque, como Shane Smeltz y Adam Thomas, pero sin aprovechar
la habilidad y rapidez de Marco Rojas y Kosta Barbarouses.
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